La
puerta vidriada en la que con letras doradas señala: Producciones
Fénix, cedió y se cerró detrás de ella a la hora que fue
citada.
Romeo
Levi, arrellanado en el sillón de terciopelo verde de espaldas a la
puerta, hacía imposible que desde allí se captara algo de su
cuerpo. Sólo cuando él lo hizo girar sobre su eje, Laura Forwel tuvo
ante sí a un ser minúsculo, ni sus pies llegaban hasta el suelo.
Ella contuvo como pudo los músculos faciales que intentaban
evidenciar una sonrisa.
Debió
aguardar a que el hombrecito poderoso hojease el texto. Al fin dejó el
habano para tomar la fibra roja de trazo grosero y, ante la mirada
atónita de Laura, las formas geométricas de círculos y rectas
atacaron palabras, frases y diálogos.
- Mejore esto: dijo.
Se
apagan las luces.
Apenas
llegó a su Estudio, se entregó a la lectura y relectura de lo
resaltado. Trató de concentrarse, de conectarse con esa idea. Así
“escuchó” todas las voces de los personajes.
Laura
Forwel delante de su computadora se halla absorta. Quizás el
cansancio solapadamente ya esté elaborando su fusión con el sueño
pues de vez en cuando el cabeceo la sobresalta.
Alguien
tose.
Cada
espacio se transforma, encierra a los personajes y los enfrenta a una
realidad nueva.
Desde
el Monitor hay quien se suma a la tarea. A ella en principio
le pareció un extraño virus. Posteriormente tuvo que rendirse ante
la evidencia inmediata de su error cuando, al tipear determinada
situación, la pantalla le devolvió otras opciones.
Risas…
carcajadas.
Los
personajes mutan de intérpretes, ha incorporado un actor
liliputiense cuyo guión es desopilante. La Comedia está yendo al
ritmo del particular sonido de los caracteres al hundirse en el
teclado.
Un
gran ramo de rosas entre sus manos.
Los
actores transitan por el Libreto “como peces en el agua”. Hasta
el final.
Ovación…
cae el telón.
La
luz sobre la cabeza de Laura se torna invisible. La claridad
prepotente del amanecer no encuentra resistencia por el ventanal que
mira hacia el Este. Apenas un cortinado traslúcido herido se agita
con la brisa.
El
telón vuelve a abrirse… aplausos y más aplausos.
Nos
la está mostrando de espaldas a la puerta. En la cómoda silla
tapizada de color verde y la computadora en reposo, como ella.
EL
DIRECTOR Y PRODUCTOR DA UN PASO AL FRENTE, UN CORTO PASO DE ENANO…
SONRÍE EL GENIAL HACKER.
No hay comentarios:
Publicar un comentario