sábado, 27 de abril de 2013

Agustín E. Rodríguez - No por el clima



Sin referirse al clima, dijo:
--Mañana será un hermoso día.
Trescientos dos transcurrieron desde que, por primera vez, había oído hablar de él.

En la zona por la que frecuentemente transitaba, dejaba su huella y se esfumaba como el olor a combustión de su moto de alta cilindrada.
Estos trescientos dos últimos días fueron la causa de su desvelo. Varias oportunidades tuvo en que casi logró tener contacto con él, detenerlo. Pero tarde, quedaba sólo su huella.

De una jovencita obtuvo su descripción. Ahora nada ni nadie podría evitar ese encuentro.
Sucedió hoy, hace media hora.
Su fuente de información lo ubicó en la plaza detrás de la estación del ferrocarril. Un lugar que las parejas de adolescentes consideran íntimo.

Cuando llegó, justo estaba dejando su huella entre las sombras.
Se vieron, una navaja se mostraba amenazante sobre el cuello de la mujer.
Tras el alto, un disparo certero lo derrumbó.

La razón de su desvelo, su pesadilla, estaba ahí, muerta a los pies del Oficial Inspector Vinci.
Que sin referirse al clima, dijo:

--Mañana será un hermoso día.





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