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Parecía un envoltorio de átomos apátridas deambulando por las calles. Ya ni sentía el efecto de la gravedad que lo impulsara a pisar tierra. Creía que en cualquier momento una suave briza marina soplaría para remontarlo y así juguetearía resbalándose entre las algodonosas nubes.
No le preocupaba ni un ápice lo pasado, más bien estaba deseoso y presentía que algo nuevo sucedería en su vida, estaba hastiado del monótono y diario rito del subsistir.
Desde que sintió aquella premonición, comenzó a prepararse, observando con detenimiento todas las situaciones, esperando un mensaje que le advirtiera, ¿Sabría medir correctamente, el tiempo de reflexión?
Arto de que nada nuevo aparecía en el horizonte, decidió modificar la rutina diaria, comenzó a levantarse más temprano, antes de que se retiraran vergonzosas las últimas resacas celestiales de la noche. Luego se le ocurrió acostarse cuando reinaba el más absoluto silencio en su entorno y pensaba “Al anochecer se me aclararían los mismos hechos, que se me oscurecían con el amanecer”
Decidió meditar en cada jornada diferentes temas, “Nadie es dueño de la verdad absoluta, pues ella está formada, por un intrincado rompecabezas, que aporta cada individuo”
“Cada uno asume sus verdades, como una sumatoria de pedazos que en mayor o menor grado las haríamos propias”
Se percató de que vivía formando colmenas de seres humanos, que se creían independientes, hasta que cayeron los velos que ocultaban los piolines desde donde se movían como marionetas y caminaban contra el tiempo.
Así fue como retrocedió solemnemente hacia su pasado, recreando cada etapa vivida, corrigió los errores que recordaba. Obtuvo la llave para descender de un estadio al siguiente, pasó por la madurez, juventud, adolescencia y al final entró a su infancia.
Se reencontró primero con sus padres, tíos y abuelos, cada uno aportó su granito de arena, llegó a verse reflejado en su cuna durmiendo plácidamente. Se consideró afortunado de poder revivir lo vivido y le pidió a su súper- yo bebé que lo deje acurrucar junto a el.
31/01/12
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