Yo
no puedo olvidar
cuando
murió el poeta,
la
sangre del ocaso
dibujando
la tarde
y
sus versos ausentes
durmiendo
en la vereda.
Con
las manos atadas
murió
de cara al cielo
diciendo
una súplica
que
ellos nunca entendieron.
Y
su sangre por siempre
prendida
del ocaso,
y
sus versos ausentes
durmiendo
en la vereda.
agosto 2012
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