Vivo en este barrio desde 1940. Aunque siempre envidié a quienes se fueron a lugares distantes yo no me moví de aquí, no sé por qué.
Pasaron muchas cosas en tantos años, vecinos que partieron con distintos rumbos, de acá o de más allá. Otros que llegaron, casas nuevas, asfalto, colectivos.
Pero hay algo que siempre estuvo y no se irá: los plátanos, sólo crecieron y crecieron en el mismo sitio. Dando inmensa sombra gratuita a peatones y autos en verano. Vivienda a cantidad de pájaros dispuestos a anunciar la primav era. O cubriendo el suelo de un hermoso color cobre en otoño, para dejar que entre el sol de invierno.
Los plátanos siempre han estado allí, yo me iré antes que ellos.
7-2-13
7-2-13
Hermosa semblanza de lo perdurable.
ResponderEliminar