LADRIDOS EN LA NOCHE
Estaba por amanecer, y el perro, que dormía
en el jardín trasero, no dejaba de ladrar.
Primero no le dio mucha importancia,
porque seguramente , era el gato del vecino en sus andanzas nocturnas; pero
luego de escuchar el ladrido por mas de diez minutos sin parar, decidió levantarse.
Agarró la linterna y por las dudas, la
escopeta. Capitán, ya se había callado y permanecía acurrucado en su cucha. La
luna iluminaba los rincones del jardín, y fue entonces cuando lo vio, unos metros
alejado del animal, un ser extraño, amorfo, masticaba un hueso...
Cayó en la cuenta que había bebido demasiado
y sin ver que en realidad su perro estaba muerto, volvió a dormir.

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