Preludian los violines en la tarde
tocando la sonata que
te gusta
el pabilo de las velas
arde
y el rumor del viento
huele a lluvia.
Recorren las notas
nuestro cuarto
endulzan con su ritmo
la jornada
desandan los caminos
en la arena
dos corazones que aún
se aman.
Bellísimo, Susana.
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