viernes, 2 de agosto de 2013

Rita Berté - Reunión de consorcio


                                                        
Un buen día, en el edificio de Avenida Independencia al 2.200, decidieron llamar a una reunión de consorcio. Los inquilinos de las oficinas administrativas eran la sta Arroba, el sr Messenger, el sr Facebook, el sr Word, el sr Google Chrome, los sres Buscadores, el sr. Explorador de Internet y otros de segunda jerarquía, como los sres. Archivos, las sras. Carpetas de Direcciones, etc.etc.

Cada uno se sentía el integrante más importante de la Sociedad, el elegido, y no había forma de consensuar ninguna iniciativa, ya que era abortada por el más ágil, el más completo, el de mayor definición, el más rápido y el de implementación más reciente. Ninguno era capaz de dejar de lado su soberbia y empezar a considerarse parte de un todo.

Hubo que esperar integrar al consorcio a un Programador de Computación, para que bajara los humos de un hondazo a cada uno de ellos, y les explicara que los Sistemas no pueden llevarse a cabo sin la necesaria participación colectiva de todos los componentes.


Esto le llevó a comparar este sistema operativo con el de una sociedad, ya que los engranajes que la mueven no pueden funcionar individualmente, sino en coordinación.

Desde entonces todo funcionó mucho mejor. Ya no se escucharon en las mesas de reuniones gritos altisonantes, insultos, atropellos, ni discusiones estériles.

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