Si antes podía,
¿por qué voy a pensar que ahora no? Todo es cuestión de ponerse una meta, de actuar
en función de un objetivo. Tener un proyecto, como dicen ahora.
Son diez
escalones nada más. Pero no estoy ciego y las posibilidades están repartidas:
puede que sí o puede que…
Es mejor ser
previsor: voy a dejar unas líneas escritas, espero que el pulso no me falle.
Queridos hijos y nietos:
Si les toca leer esta carta, es porque ya no estaré
con ustedes. Pero sepan que la única lucha que se pierde es la que se abandona,
y llegar a este libro merece cualquier sacrificio. La ilusión de
tenerlo entre mis manos no tiene precio.
Los quiere
Papá y abuelito
No hay comentarios:
Publicar un comentario