
¡Que mañana de porquería! pensó, la llovizna
pone el pavimento como chocolate, hay que manejar con veinte ojos.
El colectivo frenó de golpe tras pasar el
semáforo en rojo, y “el Coco” clavó el freno, pero no pudo evitar que la bici
se deslizara hasta quedar bajo las ruedas de un camión...
¡Que mañana de porquería! Pensó...
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