El vidrio le estalló a la chica
en la cara, el colectivo dio una frenada brusca, pero no se detuvo.
_ Pará -gritó
alguien desde el fondo-. El chofer aceleró, debajo del puente estaba la moto
esperando. Sonaron dos piedrazos más: uno dio en la carrocería, el otro en el
parabrisas trasero. Todo pasó en
cuestión de segundos. Cuando llegaron a la zona iluminada, el conductor avisó
que iba a desviarse hasta el hospital para dejar a la pasajera herida, por
si alguien quería bajarse antes.
_ ¡No loco,
vamos todos! -Dijo uno de los pasajeros-
Dejamos a la chica y te acompañamos a hacer la denuncia, te salimos de
testigos, - recorrió el interior del vehículo con la mirada- Somos ocho.
_ No flaco,
dejo a la piba, entrego el coche y tomo otro. Tengo que seguir trabajando -dos
pasajeros ya se habían bajado-.
_ ¿Cómo que
no va a hacer la denuncia? –Preguntó una señora de mediana edad desde uno de
los asientos del fondo- ¡Casi nos matan a todos!
_ ¿Usted está
lastimada?
_ No, pero la
chica…
_ Se arregla
con el seguro, esto es así. La denuncia la tiene que hacer la empresa, ahí le
empiezan a buscar el pelo en la sopa. Habilitación, condiciones del vehículo,
en qué estado estaba yo. Si no está identificado el agresor, esto no pasó
nunca, ¿Me entiende?
_ Pero yo
conozco a esos hijos de p… -intervino un chico que llevaba puesto gorra y mochila-.
_ En el mejor
de los casos, si damos nombres y apellidos, vienen los de derechos humanos y
termino pagando el pato yo. Van a decir que fue en defensa propia, porque les
quise tirar el colectivo encima.
_
¡Cualquiera…!
_ Si,
cualquier cosa con tal de desalentar la denuncia.
La joven seguía sangrando profusamente. Los pasajeros indignados se
fueron yendo uno a uno, algunos le dejaron a la chica sus datos, ofreciéndose
para atestiguar, alentándola para que hiciera la denuncia.
El chofer se
quedó acompañándola hasta que llegó el marido al hospital. Se había quedado en
la puerta junto al policía de guardia, esperando a que lo autoricen a entregar
el vehículo. Al rato llega una ambulancia del CREM con un herido de bala,
escoltada por un patrullero.
_ ¿Qué pasó? -Inquirió el
custodio a sus colegas-.
_ Debajo del puente. Parece que
estaban apedreando autos y a este le
dispararon desde uno, pero se dio a la fuga. Nadie pudo identificar al
conductor.
