domingo, 17 de noviembre de 2013

VIDA TOMADA

VIDA TOMADA Por más que intente olvidar, retorno al mismo punto de partida, Macoco vivía frente a nuestra casa, era unos años mayor que yo y no me agradaba mucho su manera de ser. Desde mi adolescencia notaba que me miraba de una manera insistente, no lograba entender la razón. Al entrar a casa me observaba en el espejo, quería descubrir algún defecto, algo raro en la ropa o el cabello, pero siempre me devolvía una imagen normal, nada fuera de lo común y cuestionaba el comportamiento de él. Empecé la secundaria, no me sobraba tiempo para pensar si Macoco seguía sentado en el umbral de la casa, el no iba a la escuela, por lo tanto tenía tiempo de sobra. Yo pensaba que si consiguiera trabajo comenzaría a tener otra manera de utilizar la jornada. Al tiempo, se cumplieron mis deseos, ya casi no se quedaba en la vereda, lo veía de casualidad salir presuroso hacia la calle 13, seguramente iría a tomar el colectivo. Cuando estaba en cuarto año, vi que fue a vivir con él una ex compañera mía de la primaria, habían formado pareja. Al poco tiempo tuvieron dos hijos y ya Macoco no se sentaba en el umbral de la casa. Debía correr aproximadamente el año 1974, cuando se escucharon gritos desgarradores, golpes en la puerta de su casa, vinieron militares, que en una acción comando se llevaron a Macoco en el baúl del Ford falcón verde. Nunca más se supo de él. A partir de ese instante me habré sentido libre, independiente, sin ataduras de caminar por la cuadra” …… Pero un sabor amargo me invadió frente a tanta impunidad : “Una vida tomada” Berté Rita

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